Santander en noviembre Centro Botín Exposición de Julie Mehretu

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Julie Mehretu y Santander

Santander es una a ciudad extrañamente sucia y limpia a la vez.  Siendo una ciudad con bahía al igual que Cádiz, ciudad portuaria, en la que destacan una torres individuales para poder avistar antes el barco en la lejanía, Santander se asemeja más a unas gradas de fútbol en las que la multitud trata de encaramarse por encima de su vecino para así poder mirar la jugada o las olas de la mar.

Sucia y limpia a la vez porque la ausencia de un urbanismo racional o simplemente planteado, no impide que los parques frente al mar demuestren una vez más la capacidad que tienen los árboles para crecer y protegerse del salitre.

Esperaba un poco más de una ciudad que maneja dinero y prosperidad desde hace tiempo. Alicante, por poner un ejemplo de pésimo urbanismo, al menos tiene la excusa de no ser «old money» y que las playas eran consideradas terrenos baldíos hace 80 años.

Es cierto que la parte vieja de Santander se quemó parcialmente en un potente incendio en el año 1941 https://incendiosantander.com/ Es cierto que es una ciudad moderna y con grandes posibilidades para hacer deporte y pasear durante horas, pero creo que todo eso se lo debe más a su situación geográfica y a lo potente de su naturaleza que a sus arquitectos, promotores y urbanistas, si es que existen. La mayor parte de los edificios de viviendas son toscos, excesivamente elevados, muy voluminosos y pesados.

Centro Botín

Por eso me llama especialmente la atención el edificio que ha construido el arquitecto Renzo Piano por encargo de la Fundación Botín https://www.centrobotin.org/.

Si lo comparo con el efectista y ya profundamente envejecido Guggenheim de Bilbao https://www.guggenheim-bilbao.eus/ este contenedor de arte es ligero, está muy bien diseñado y acabado. Demuestra una coherencia difícil de encontrar en arquitectura; la que permite que tanto interior como exterior formen una unidad fluida.

Es un edificio con una enorme capacidad interior y que sin embargo apenas ocupa lugar exteriormente. Quizás se deba a que se encuentra dividido en dos. O a sus formas y líneas orgánicas, o a los materiales y los colores utilizados en las estructuras que lo soportan. Se encuentra en primera línea del muelle de Albareda, incrustado a su vez cual tiovivo, en los Jardines de Pereda y en línea directa con un edificio-puerta del Banco de Santander, verdadera línea de unión opaca de la ciudad de Santander.

Sin embargo, el edificio de Renzo Piano, permite ver el mar, el muelle, la orilla de enfrente e incluso y debido a un extraño efecto que produce la combinación de color, textura y forma del contenedor, permite que todo el, quede cuasi camuflado entre los árboles del parque. Todo esto representa lo opuesto a lo que se intuye cuando ves Santander por primera vez: que construir significa no permitir que tu vecino pueda ver el mar.

Ver más en Instagram: https://www.instagram.com/p/BbZ3BdlF_uh/?taken-by=ignacioklindworth

Renzo Piano

El arquitecto Renzo Piano, http://www.fondazionerenzopiano.org/it/ no quería crear un icono, como si lo quería Frank Gehry para Bilbao. Es cierto, el Guggenheim es exteriormente un potente vector visual, e interiormente un vulgar edificio en obras, luminoso en su centro y oscuro, frío y mal ventilado en sus extremos. El contenedor de Renzo Piano es luminoso, cálido y ventilado, tanto exterior como interiormente. Por ello, creo que el edificio de Renzo Piano es en sí un icono de lo que significaría construir de forma fluida e integradora. Es el contenedor ideal para disfrutar de las obras de una de mis artistas preferidas; Julie Mehretu. Pintora de líneas y capas.

Exposición Centro Botín de Julie Mehretu

La exposición del Centro Botín, realizada en colaboración con el Museo Serralves de Arte Contemporáneo de Oporto http://www.serralves.pt/pt/ (tenemos, como españoles, mucho que aprender de los portugueses) está muy bien pensada.

Se encuentra distribuida a lo largo de dos pisos magníficos. Las salas, de enorme altura, reciben siempre luz natural, tanto por un enorme ventanal frente al mar como por su correspondiente frente a los Jardines de Pereda y la hilera de edificios que conforman la primera línea. Mar y montaña. ¿Influencia mediterránea?

En la última planta la luminosidad es completa debido a que prácticamente toda la cubierta es un enorme lucernario que tamiza la fascinante luz del Cantábrico. Durante el día, los cuadros quedan iluminados sin sombras.

Julie Mehretu

Comienza la exposición en la primera planta con dibujos de Julie Mehretu https://www.centrobotin.org/exposicion/julie-mehretu-historia-universal-de-todo-y-nada/ que van desde los 90 hasta el año 2016.  Lápiz, acuarela  y mixtas sobre papel de tamaños entre los 60×100 y 50x75cm.

En la segunda parte, se exhiben lienzos grandes en la línea habitual de la pintora (2005-2011) y que se se encuentran repartidos entre dos salas, y una tercera con una serie de obras en grises, (Conjured Parts) radicalmente contrapuesta y datada en el año 2016.

Siempre me ha fascinado la pintora Julie Mehretu por su potente grafismo, la ejecución por capas superpuestas, el tamaño, la composición y la musicalidad de sus obras, así como el rítmico contrapunto que desprenden sus composiciones. Es una buena maestra e influencia.

El catálogo de mano de la exposición dice: «[se] evidencia su inamovible compromiso con las apremiantes realidades sociales y políticas». A mí siempre me llamó la atención la musicalidad de la obra de Julie Mehretu, pero sinceramente, ni en esta exposición ni en otras que he visto he encontrado rastro de esta inamovible evidencia que, por otra parte, me parece irrelevante.

No me meto en todo esto. Mi mirada es la de un pintor sin compromisos.

Dibujos

Lo que yo he encontrado es una artista que busca y crea su propio alfabeto, su propia señalética, con los que genera códigos, pictogramas y texturas adaptables a sus composiciones pictóricas.  En sus dibujos he encontrado partituras musicales y en sus lienzos sinfonías basadas en esas partituras; una composición no cromática, en la que se superponen dos tonos, dos grises por capas, para reforzar la sensación de música ambiental en la que diferentes momentos acústicos actúan simultáneamente.

Obra sobre lienzo

En sus pinturas descubro obras sinfónicas con aparataje clásico. Sobre unos fondos de frisos arquitectónicos clásicos, Mehretu construye la melodía en forma de texturas y líneas de composición y dirección. Incluso el color es una nota.

En algunas ocasiones, los frisos arquitectónicos son sólidos, pétreos e inorgánicos y actúan como contenedores de texturas y tonos que se balancean en sus interior como mareas sin llegar a mezclarse. Es un trabajo laborioso, meticuloso y, dado el tamaño de las composiciones, muy alargado en el tiempo.

Es precisamente el tiempo lo que creo entrever en las últimas composiciones de la pintora, más allá de que esté directamente relacionada con la guerra civil de Siria —según afirma el catálogo y supongo que la propia autora—.

La base clásica que permite el dibujo lineal ha desaparecido. Esta base es sustituida por la mancha brumosa que puede producir el humo sobre un lienzo. En algunos lienzos, Mehretu incluye unas primeras texturas de impresión digital para producir el efecto de trabajo por capas que enlaza con todo su trabajo anterior.

En estos lienzos, más allá de su desglose iconológico, creo intuir una nueva búsqueda más afectada por el tiempo, por la prisa, por la ausencia de línea como soporte compositivo y de dirección. Veo una ruptura con la academia, una expedición hacia la abstracción; la abstracción como territorio donde el tiempo y el tempo son diferentes.

Corrección del texto: http://anabustelo.com

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