
Editorial | Editorial Ariel |
Tema | Ciencias. Cerebro. Biología |
Colección | Ariel |
Páginas | 176 |
Fecha | 2018 |
Autor | Rodrigo Quian Quiroga |
ISBN | 978-84-344-2786-0 |
La evolución ha hecho que nuestro cerebro no esté diseñado para acumular información ni para memorizar, sino que está enfocado en realizar procesos de comprensión y de creación de pensamiento
Rodrigo Quian Quiroga
¿Qué es la memoria? Rodrigo Quian Quiroga
El autor de este ensayo, Rodrigo Quian Quiroga , es director del Centro de Neurociencias de Sistemas y jefe de Bioingeniería en la Universidad de Leicester, Inglaterra. Estudio Física en la Universidad de Buenos Aires y obtuvo un doctorado en Matemática Aplicada en la Universidad de Lübeck, Alemania. Su campo de investigación es el estudio de los procesos de percepción y memoria, así como el análisis de registros neuronales.
Qué es y cómo procesamos la memoria
Este ensayo transversal, realizado por un físico que ha encontrado en el campo de la llamada neurociencia su proyecto de investigación, es sumamente atractivo. Entre otras cosas, porque aporta nuevos y muy críticos argumentos sobre qué es y cómo procesamos la memoria.
La memoria no es sinónimo de inteligencia
Este ensayo trata de cómo el cerebro procesa la información. Y de cómo lo hace a través de la interconexión y de las diferentes energías que posibilitan la activación de las neuronas. Y que a su vez, la activación o desactivación de estas neuronas, está supeditada a signos o fuentes de información basadas en contrastes, volúmenes o caras.
La diferente sustancial con la inteligencia artificial es que esta última busca la eficiencia y nuestro cerebro a pesar de todo, es relativamente ineficiente. Esta diferencia esencial es la que permite que el cerebro, producto de una permanente evolución, tenga la capacidad de decidir extraer el máximo de significado, mediante procesos neuronales en paralelo, almacenando por el contrario, una cantidad ínfima de información.
El lenguaje humano es lo que articula esta diferencia porque permite reafirmar abstracciones, ordenar pensamientos y establecer relaciones entre conceptos, asentando de esta manera la base de la memoria.
La identidad esta basada en suposiciones
La memoria esta dada por la actividad del cerebro. Tenemos varias memorias, entre ellas las de corto plazo y las de largo plazo, que permiten retomar un recuerdo. Lo interesante es que la memoria es un proceso creativo, por lo que cada vez que hacemos aflorar un recuerdo desde el inconsciente, este es reelaborado de nuevo. Es decir, que recordar implica cambiar el propio recuerdo. Por ello la identidad como concepto basado en nuestro yo o nuestra memoria inmutable, no tiene fundamento. Es según el autor, pura ilusión. Mala noticia para los defensores de la identidad como concepto monolítico e inmutable.
El ojo que no ve
Para reforzar toda esta argumentación, el científico demuestra con variados experimentos, que fluctúan entre el puro ensayo de laboratorio y las pruebas psicológicas, como las neuronas no están permanentemente activadas; que el ojo en realidad no ve; que el sonido en realidad no existe, sino que ambos son creaciones de nuestro cerebro. Que el lenguaje influye en la creación de los recuerdos; y que el cerebro crea nuestra realidad en base a unos esquemas predeterminados.
El cerebro no almacena más un par de cientos de megas durante toda su vida
Dada la poca capacidad de almacenaje de nuestro cerebro estamos constantemente rellenando la información que nos falta, mediante inferencias inconscientes basadas en suposiciones. Por eso, ejercitar en exceso la memoria no nos hace más inteligentes. Nos hace más inteligentes todo lo que nos permita crear asociaciones y relaciones entre conceptos.
Memoria y arte
Mi interés por este tipo de ensayos en general y por este en particular radica en que como artista siempre me ha fascinado el cómo recordamos y el qué recordamos. Y el cómo estas dos premisas afectan a nuestros procesos creativos. Creo que la memoria, como cualquier aspecto del ser humano es algo inmensamente complejo. Al mismo tiempo tiene un marcado aspecto utilitario y por ello, posee una belleza completa. Es un proceso creativo, orgánico y compuesto, que necesita de varios sistemas de pensamiento simultáneos. Es decir, que para componer un recuerdo necesitas dosificar adecuadamente estas tres maneras de pensar o procesar, para poder crear algo tangible, útil y coherente, o lo que es lo mismo bello.
Serie Ciudades y Memoria 2022
Normalmente trabajo por series. Las series me permiten trabajar elaborando variaciones sobre un mismo tema. También se podría entender como un sistema de trabajo que posibilita trabajar por capas autónomas pero interrelacionadas entre sí. Las obras de la serie Ciudades y memoria, son el resultados de estos procesos. Las obras que representan alguna ciudad en la que he vivido o que he visitado, las he realizado como si se tratara de un collage de información visual y emocional que emerge cuando me las he planteado. Mi serie Ciudades y Memoria está abierta en el tiempo; es decir que depende de las ciudades que visite y de las obras que salgan. Cada vez me fascina más cómo después de dejar atrás una ciudad que por alguna razón me ha impresionado, comienzan a emerger imágenes con las que componer una nueva obra. La ultima ciudad que me impacto ha sido Badajoz. Nunca había estado, sólo conocía la circunvalación para ir a Portugal. Una obra mía perteneciente a la serie SCJ Caseta y Jardín quedó finalista en el XXVII Premio Internacional de pintura Francisco de Zurbarán y se organizó una exposición en la Diputación. De este impacto ha salido mi última obra titulada Badajoz de la serie Ciudades y Memoria 2022.
